Apuntes sobre las sirenas (Por Jeremy)

sirenas

Muy bien estimado Seductor, en esta ocasión, y gracias a la colaboración de un amigo de estos lares (un lector, un amigo, como lo eres tu) leeremos algunos tópicos sobre “LAS SIRENAS” (busca “el post madre” aquí: EL MALÉFICO CANTO DE LAS SIRENAS) Jeremy nos comenta SU EXPERIENCIA, y no solo eso, nos da SU INTERPRETACION. Nosotros, por nuestro lado, haremos lo propio en una SEGUNDA PARTE. Pues entonces, adelante con la primera:

APUNTES SOBRE LAS SIRENAS (Por Jeremy):

Buenas a todos!. Hoy voy a charlar un rato con ustedes así que pónganse cómodos. Siempre es bueno estar entre amigos. ¿Qué pedimos para tomar?. Eldrfrancis me propuso hacer un post relacionado con las sirenas a punto de partida de una experiencia que tuve.

Pero antes les cuento que yo me acerqué al mundo de la seducción indirectamente y de forma reciente. Yo estaba buscando técnicas para hablar en público y cosas acerca del lenguaje corporal. Entonces unos conocidos me pasaron un libro de un español que seguro conocen con la visión del macho alfa que al principio me pareció interesante. La idea era aplicar si se podía las técnicas de seducción en los negocios de alguna forma. Pero poco a poco, y a como avanzaba en la lectura, me fui cansando hasta parecerme francamente demencial todos esos métodos de “La escalada”, el “Material enlatado” y terminé abandonándolo. Mi impresión fue que solo era un método que podía servir para cuando estas en el colegio y con las hormonas a full donde no te importa tanto tu prestigio y te podes dar el lujo de quedar como un payaso o un necesitado completamente regalado a los caprichos de las mujeres. Por eso quiero contarles una pequeña historia a continuación:

El primer contacto con una sirena puede ser abrumador. Es indescriptible el torrente de sensaciones que despierta en un hombre una mujer así. Tal es el caso que resulta tan complicado decir qué es lo que más te gusta de ella que tiendes a perder el control. Te gusta todo. Su sonrisa. Su voz. Su mirada. Sus gestos. Su personalidad segura y juguetona. Su mera presencia es una tentación tan grande que tienes ganas de dejarlo todo e irte a disfrutar con ella.

Ciertamente eso me pasó al toparme con uno de estos seres. No fue algo directo sino realmente inducido. Se me fue acercando hasta que por su lenguaje corporal era evidente que quería algo. Recuerdo que el primer pensamiento que me pasó por la cabeza fue “¡esta mina quiere guerra!” y me hice el tonto un rato más ignorándola pero al final empecé a hablar con ella. Realmente había esperado a que yo diera el primer paso.

La conversación fluyó agradable y el tiempo pasó como si nada. Durante la misma no podía creer lo linda que era: su voz lenta y pausada, como reflexionando, con una dulzura que nunca antes había escuchado. Por momentos cambiaba el tono y el ritmo según la conversación. Hacía énfasis con la voz o se detenía en una pausa antes de remarcar un punto importante dentro de su relato.

Su mirada, penetrante y cambiante, brillaba por momentos con el entusiasmo según las cosas que yo le iba diciendo. Sostenía la mirada todo el tiempo casi sin pestañar – una característica que mantuvo durante todas las veces que nos vimos -. De hecho, llegué a conocerle dos modalidades importantes: “el modo conquistadora” que era fascinante y “el modo enamorada” que era hermosamente indescriptible.

Su sonrisa era tan maravillosa que no la derrochaba y solo la hacía aparecer en el momento justo. Su cuerpo era estilizado y cuidado. Llevaba siempre vestido – algo que no todas las mujeres se animan a hacer -. Al caminar hacía ruido con sus tacones lo que demostraba su firmeza.

Pero lo que más me llamó la atención fue su personalidad francamente encantadora, reflexiva, con ideas claras y contundentes. La seguridad que a muchos les falta ella la tenía. Era una líder. Sus modales, sus gestos, todo estaba medido y ocurrían en el momento oportuno, ni antes ni después. La sincronización de todo daba una imagen impresionante, magnética y de una gran carga sensual. No tenía complejos y podía hablar de relaciones sin problemas pero con clase. Nada de vulgaridades. Todo era tentador y sugerente.

Yo desde un primer momento no podía salir de mi asombro de que una mujer pudiera bombardearme con tantas sensaciones hasta sentir que perdería el control de alguna manera. Su capacidad de encender el deseo era envidiable.

Desde el primer momento siempre quedó claro que ya me tenía fichado desde antes y que en realidad se acercó para ver quién era yo y a decirme que quería que le siguiera dándole charla en el futuro. Solo vino a romper el hielo.

También desde un inicio y luego con el correr del tiempo fue quedando claro lo siguiente: era una mujer codiciada por muchos y que tenía un área de influencia o territorio donde ella “gobernaba” a una serie de hombres a los cuales llamaba “amigos”. Esos “amigos” demostraban su hostilidad al percibirte como una amenaza potencial, lo que te daba la pauta de que tan amigos no eran sino unos enamorados en secreto.

Su interés por mi era evidente desde el principio y se manifestaba con 80.000 indicadores de interés. Eran tantos que no te los puedo nombrar a todos pero te digo un par que me impactaron: su mirada brillante y que cuando una amiga se le acercaba a hablar cuando estábamos juntos ella le decía dos o tres palabras y la empujaba con una mano para que se vaya. La verdad que yo no había visto algo así de forma tan descarada.

De ahí en más comenzó a utilizar un arsenal de manipulaciones que no tenían principio ni fin. Te puedo decir algunas: hablar de su anterior relación y de las cosas que no funcionaron pero que en el fondo me estaba hablando a mi, diciéndome las cosas que tenía que hacer para iniciar una relación con ella. Y no solo eso, sino que utilizó su dedo índice para señalarme como si yo fuera su ex. Fue tan sutil y magistral la forma que fue ejecutada esa maniobra que quedé encantado a pesar de verla venir desde lejos. Otra técnica que conocí con el nombre “del origen” que implica en implantar una idea en la mente de otra persona con el fin de posicionarla hasta que la crea suya. Es como cuando te dicen no pienses en eso e inevitablemente piensas en eso ya que es imposible no hacerlo. En diferentes contextos y no relacionados directamente conmigo decía “si quieres iniciar una relación conmigo tienes que… tal cosa” y lo repetía una y otra vez. Un ejemplo también es una técnica de retórica que utilizó Obama en su discurso “Yes, we can” donde repite tantas veces una frase cargada de emoción que te terminas contagiando.

También ante cierta desconfianza inicial mía (era una desconocida) ella comenzó a utilizar la técnica del “encanto”. Fue averiguando mis gustos y acomodando su discurso a las cosas que a mi me interesaban. De esta forma teníamos algo que nos unía.

Al poco tiempo de que se aseguró de que yo la deseaba me propuso intimidad a lo que me negué inicialmente para aumentar el deseo (algo difícil de sobrellevar). Pero que la sorprendió tanto que se le podía ver la cara de asombro – quizás nadie se lo había hecho antes -. Y en esos momentos me acordé de este pasaje en el Arte de La Guerra:

 

“(…) el estratega vencedor, primero se asegura la victoria, después entra en combate.

El estratega perdedor primero lucha, después busca la victoria.” Sun Tzu.

 

Estas cosas, no se por qué terminan funcionando. La mayoría de las veces las mujeres vuelven intrigadas y con más ganas si en verdad les interesas.

Luego la idea fue dejarla hablar y escuchar qué cosas eran las que le interesaban, qué quería y cómo pensaba. La gente “piensa a como vive” y te podes enterar de muchas miserias y prejuicios personales mientras se les suelta la lengua. Por un lado se sienten bien porque las escuchas y por el otro vos vas atentamente recordando detalles que luego usas para impresionarla con tu memoria demostrando interés en encuentros posteriores y te vas dando cuenta que cartas tiene bajo la manga.

Si sales con alguien o estás en pareja (consideraciones éticas aparte) eso no importa. La sirena te pide exclusividad y si no lo consigue “acepta” ser la segunda o una “amiga” o una “amante”, lo que venga. Qué importa. No preguntes cómo pero recuerdo que yo cometí un error y mientras hablábamos se presentó un mal entendido en que quedó como que yo le proponía estar con ella mientras andaba con otra. Algo que usualmente no comparto – sí, usualmente hasta que la conocí a ella – (sí, ya sé que es contradictorio, no me confundas más). La sirena mostró su enojo al principio y se me cruzó por la cabeza “corregir ese error” pero después me puse a pensar y me dije “A la mierda, prefiero quedar como un bandido que como un pelotudo justificándome”. Así que no le dije nada y ni me preocupé por corregir ese error. Para sorpresa mía ella a los pocos días volvió a contraatacar proponiendo ser “la segunda”.

Llegado a este punto y empezaba a dudar por dos cuestiones: 1) No creía ni a palos que una mujer con el EGO tan grande y que manejaba a los hombres a su antojo pudiera soportar ser “la segunda” por mucho tiempo. 2) Podía ser  una especie de “Caballo de Troya” para entrar, tomar posiciones, ganar y luego imponer condiciones. – Por cierto, todo es muy mitológico con las sirenas. ¿No?.-

Era un asunto delicado y lo que hice fue dilatar la cuestión diciendo que “quería conocerla antes” y empleando la técnica del encanto me fue bien.

Luego de vernos unas cuantas veces ella empezó a hablarme del teléfono y de que la buscaban para pedírselo sus “pretendientes” y que ya la tenían harta.- Yo nunca nunca se lo había pedido -. Poco después monta una escena donde ella llega corriendo a donde estoy, supuestamente escapando de un Patovica que la acosaba para pedirle el teléfono (una mujer de treinta y tantos haciendo eso). Yo, a pesar de todo ese día no se lo pedí porque evidentemente ella quería que yo se lo pidiera. Entonces al otro día, bruscamente le dije acompañado de un gesto con la mano: “Veni acá, dame tu teléfono”. “¿Qué?”, me dice ella. Y yo: “Si, dame tu teléfono” y acto seguido me lo dio. Yo saqué un papel y un lápiz – a pesar de tener mi celular en la mesa – y se lo hice escribir. Y luego lo metí en un bolso. Ella me dijo que si lo perdía no me lo daría otra vez y yo le dije: “no importa, te busco en Facebook. ¿Tenes Facebook?”. La sirena sin mostrarse afectada lo resolvió fácil: “¿y el tuyo cual es?” y lo cargó en su teléfono. ¿Qué tanta historia?. Una maestra.

Otra consideración: cuando ella me dio el teléfono me dijo: “a vos sí te lo doy”. Una frase no tan inocente que puede dar lugar a interpretarla como muestra de interés o también como “vos tenes el privilegio de tener mi número sobre los otros” quizás para inflarte el ego. De todas formas ella siempre queda como la reina. Por cierto, el Tao Te King dice: “Para disminuir algo, primero tienes que aumentarlo”. (A los que les interesen las cuestiones filosóficas chinas).

Otra de las cosas que no se cansaba de hacer era estimular la competencia generando celos. Una experta en eso aunque conmigo no le funcionaba porque sencillamente yo no siento celos de nadie. Ella destacaba las virtudes de unos y de otros pero siempre era algo que vos no tenías. Por ejemplo los biceps del patovica o muchas veces te mostraba fotos de sus “candidatos” del celu, usualmente unos tipos de gimnasio que estaban muy preocupados por sacar músculo. Evidentemente eran tipos con un deseo muy grande de sentirse importantes. Yo le seguía el juego y empezaba a elogiarle los músculos a los tipos y le decía cosas como por ejemplo “tene cuidado que no te aplaste cuando te agarre” o “¿no estará tomando lo mismo que usan para inflar los pollos?” y que se yo que más. Ella se divertía y también hacía chistes. Una vez me dijo “vos no viniste a casa cuando te dije y vino mi hermano a ayudarme” y me saca una foto de un forzudo todo trabado.

Evidentemente ella quería generar conflicto y que yo pensara que había una fila de tipos esperando para darle duro y parejo (lo que era cierto). Pero la verdad me causaba gracia esas cosas. Lo tomaba más como una muestra de interés hacia mi. Era como “si no te apuras voy a tener que verme “obligada” a irme con uno de esos flacos.

Nunca habíamos tenido una cita ni nunca la tuvimos. Simplemente nos encontrábamos. Lo más parecido a una cita fue un día en que quedamos de hablar. Ese día yo, a pesar de que no le tenía confianza, había decidido tener intimidad con ella y se lo quería proponer. Era como un hacer el mal y después pedir perdón en todo caso a como lo había pensado. Pero ocurrió algo que no sé si fue un error de ella o susceptibilidad mía del momento. Apareció no solo tarde – lo cual no me molestó – sino que con un ramo de flores que otro flaco le regaló. Eso no me dio celos – que era lo que ella seguramente esperaba – porque yo sabía muy bien que los chabones le andaban atrás. Incluso hacía poco había visto una escena penosa donde un tipo casi arrodillado se le declaraba como en las películas. Ese gesto lo interpreté como un insulto porque no había tenido la delicadeza de dejarlas en cualquier otro lado antes de que habláramos. Más que nada sentí como “no me importa refregarte esto en la cara porque no sos nada. Lo que hice fue actuar tranquilo y decirle sin anestesia pero con estilo lo que no me parecía y me fui. Y ella se quedó mirándome con cara apesadumbrada (creo).

En los días siguientes me sentí mal, pensaba que todo esto me estaba volviendo loco. Además, una de las cosas que siempre me intrigó fue su personalidad, tal es el caso, que se lo dije un par de veces: “vos no sos como las otras mujeres y quiero saber por qué sos así” (antes de hacer algo con vos, para contextualizar un poco). Me puse a leer cosas de seducción hasta que por intermedio de este blog pude conocer la obra de Robert Green y me leí casi todo enseguida. Allí pude darme cuenta que ese comportamiento que yo desconocía en ella se correspondía con una sirena. Leía la descripción y era ella sin lugar a dudas. Tampoco era el “efecto sirena” lo cual habría sido una esperanza. Era una sirena con todas las letras. Entonces, al advertir sus características decidí postergar la “intimidad” hasta que todo esto se aclare, dado que el sexo es el punto débil de los hombres.

Después de esto me fui volviendo más despiadado, frío y calculador. Lo que me ayudó a ir identificando sus cartas de juego. Empecé a darle charla y la calentaba a más no poder y luego la dejaba con las ganas. Ella se entusiasmaba escuchándome en silencio disfrutando cada una de mis palabras. Hablábamos de mil cosas, algunas muy interesantes, pero que casi siempre terminaban rozando lo sexual. Ojo que ella hacía lo mismo. Tratábamos de tendernos trampas. Ella me acechaba y cuando lograba arrinconarme yo lograba escapar con un “me caes bien” o un “tenemos química”. Ni ella ni yo nos dijimos directamente nuestro interés. Era como un juego que hacíamos en la escuela “el que habla pierde”.

Finalmente la sirena me dijo que “sus amigas” – quizás otras sirenas – opinaban que “lo nuestro” había sido muy teórico hasta ahora y que por qué no nos dábamos un beso y ya. Entonces la tomé de la mano y me la llevé a un lugar apartado y le enchufé un beso… Quedó encantada.

En los días siguientes no la llamé lo que posiblemente la molestó porque intentó darme celos. Luego de muchos días (más de un mes) la llamé y todo fluía como si nada con risas, chistes, jugaditas y trampas.

Al final en eso quedó, en algo inconcluso. Pasaron muchas cosas, muchos detalles que sería como para escribir un libro pero esto es un pequeño resumen de lo que me pasó.

Al final llegas a un punto donde te das cuenta que se transforma en una lucha de poder y que los objetivos de uno y otro son diferentes. Ni mejores ni peores, sino diferentes.

Otro tema es cuales son tus proyectos de vida. Si, como en mi caso, estas pensando en iniciar una empresa y te enroscas en esto las cosas probablemente se van a resentir. Llegas a lo que en economía se llama el Costo de Oportunidad y que el tiempo que le dedicas a una cosa te cuesta otra. Tenes que decidir.

Hay que tener presente que da la impresión de que las sirenas no te aman, se aman a sí mismas. Sí, se enamoran pero parece ser algo fugaz e inestable. Te quieren funcionalmente a algún objetivo que se planteen. Lo que les encanta es esa sensación de poder. Son ambiciosas en extremo. Lo quieren todo. Y nunca las vas a retener. Siempre te quedará una sensación de angustia o remordimiento de si las cosas podrían ser diferentes. Si hay algo que resume todo lo que sentís y es que las extrañas porque en realidad nunca están con vos. Siempre están en otro lado…

 

Cambiando el ángulo y para buscarle el lado amable, mi teoría es que la sirena mantuvo el interés por un actuar en cierta forma impredecible, distinto, no necesitado, no afectado y contundente. Eso hace que seas percibido de forma diferente y le generas curiosidad y el juego puede retornar indefinidamente porque eso le encanta. Pero eso implica no asumir nunca un compromiso formal con ella, hacer jugadas eternamente para sorprenderla. Ella quiere estar enamorada, lo necesita. De hecho una queja que me confesó en un “supuesto” momento de sinceridad: le molestaba la falta de creatividad de sus “candidatos”. Y la verdad que ella era una mujer super creativa que necesitaba emociones. Quizás por eso también me quería capturar porque creía que yo se las podía dar. No sé, es una especulación mía.

El tema es tener el tiempo, el espacio, y las ganas de enamorarla. A veces también conspira el hecho de que te quede lejos donde vive la sirena, lo cual te resulta incómodo, sobre todo cuando tenes tantos proyectos y el día tan ocupado. Esto lleva tiempo y dedicación en caso de querer llevarlo adelante.

¿De qué sirve ganar una batalla si después pierdes la guerra?. Esto depende de los objetivos en la vida y la evaluación de las cartas con que juega la sirena. Es un asunto delicado. Si no eres lo que ella quiere, simplemente estas muerto (y a veces si eres lo que ella quiere… también). Por ahí, si no te importa ganar una batalla pírrica, adelante. El tema es quedar envuelto en un lío grande.

Una gran parte decisiva para que el juego continuase pasaba por decisión mía. Pero, ¿qué era lo que me detenía?. Entre las cosas que les dije antes también algo que siempre me llamó la atención es que nunca  mencionó mi nombre en todas las veces que nos vimos. Tampoco estoy seguro de que se lo sepa. Ella planteaba una relación a largo plazo y actuaba al corto plazo sin interesarse en conocerme en profundidad. Lo que le interesaba eran características personales como de si era celoso o si era o no un machista, si colaboraba en las cosas de la casa, etc. O sea, elementos de mi personalidad que le eran funcionales a su proyecto de vida (muy ambicioso) por lo que fui entendiendo de a poco que inteligentemente esta mujer “descarriada” necesitaba poner cierto “orden” a su círculo interno porque tenía muchos obstáculos que superar y quizás yo, según su evaluación, le venía como anillo al dedo. También como me lo manifestó: ella quería tener a alguien con quien “después de que termine la diversión” – y hace un movimiento simulando un baile – pueda seguir charlando.

Pero quizás lo más importante de todo fue que yo necesitaba sentir que ella me quería y nunca lo logré.

 

Después de todo pienso que en la vida lo peor es que nunca te pase nada. Yo gracias a ella fui aprendiendo muchas cosas. Le tengo un profundo respeto, admiración, y sinceramente – ¿por qué no decirlo? – un aprecio muy grande. Es una seductora increíble con un poder envidiable.

 

¿Qué me mantuvo “a salvo”?. Principalmente el orgullo y que no me gusta que me manden ni me den ordenes. Amo la libertad por sobre todas las cosas. Por eso siento que se llegó a un callejón sin salida aparente. Curiosamente las características que te hacen atractivo también pueden ser algo que te terminen alejando. Y de una persona maravillosa – a su forma – como ella. Lo que admiro era la manera tan fácil que tenía de tentarte y luego mostrarse como un premio que realmente se lo envidiaba. Pero siempre me quedó claro que quizás en realidad el premio podía ser yo.

 

Bueno, y para finalizar, ahora vamos a “pensar” como resolver este tema:

 

– ¿Donde reside el poder de las sirenas?. En su personalidad magnética. Entonces hay que trabajar en mejorar aspectos de nuestra personalidad.

 

– Podríamos actuar igual que ella (usar la técnica del espejo).

 

– Ella respeta la sinceridad y el orgullo así que se puede continuar con ello de forma persistente. Si pierdes el respeto, pierdes todo.

 

– Si ella es una sirena, vos tenés que ser Poseidón. Tendríamos que cultivar todas las características del liderazgo y estar por encima del juego.

 

– Mejorar el juego interno de forma tal que el resultado no importe y estar dispuesta a perderla en todo momento.

 

– Actuar como un padre cariñoso. Ella es una niña “malcriada” que le gusta hacer “maldades” y “diabluras”. Curiosamente lo he usado y funciona. De hecho le encanta que la regañes con dulzura.

 

– Tener una paciencia “oriental”.

 

– Entretenerla todo el tiempo (es incansable, como los niños).

 

– Renunciar a que te ame.

 

Quizás se pueda negociar la paz y disfrutar de los placeres de la vida. Aunque siempre queda la duda de cuanto durará y si es conveniente o no hacerlo. También se me viene a la mente esta frase del Arte de la Guerra:

 

“Se puede saber como conquistar, sin tener la posibilidad de hacerlo” Sun Tzu.

 

Y para terminar, porque ya tengo que despedirme de ustedes, quería decirles que lo único que me preocupa de todo esto es que ella tiene mi teléfono. Y quizás la próxima vez no pueda resistir el llamado de la sirena dejándome llevar por algo que me dijo con su voz dulce por ultima vez: “no pienses… no pienses”.

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10 comentarios sobre “Apuntes sobre las sirenas (Por Jeremy)

  1. La verdad que al releer esto siento como que aplicó una especie de Blitzkrieg o «Guerra Relámpago» Psicológica sembrando confusión y caos para quebrar mentalmente. La recuperación fue casi en las puertas de Moscu. Entender todas las cosas que pasaron va a llevar tiempo. Gracias eldrfrancis por poner a nuestra disposición este invaluable material.

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      1. Hola eldrfrancis, te quería comentar algo que estuve pensando en estos días con la cabeza ya mucho más fría. La NENA en cuestión era una manipuladora genial. Creo que ella no estaba interesada en «una relación formal» conmigo porque para ello tenía otro candidato más manipulable y con el «status» que ella necesitaba mostrar. Para ella la imagen que daba a los demás era de una mujer exitosa, deseable y de gran status. En el fondo a ella yo le interesaba como sexo casual o una aventura y por ello al principio, a sabiendas de que yo ya estaba en una relación, me pidió prioridad. Utilizó la técnica de manipulación de pedir lo máximo para luego conseguir lo que realmente quería «una aventura sin compromiso» y así «salvar su reputación» incitandome a que yo lo planteara en lugar de ella, asumiendo la responsabilidad. Eso me quedó claro porque «al besarla» nunca se concentró en el momento. Estaba más preocupada porque no nos vieran y me dio algunas excusas y me sugirió que en ese lugar no le gustaba que la «besara» y que podría ser mucho mejor en su casa. Ahora, después de un tiempo, la veo paseándose con el pobre infeliz que era su real objetivo (por eso no quería que nos vieran dándonos un beso), vestidos como muñequitos de torta, tomados de la mano, mostrándose como un premio. Quizás el pobre ni sepa lo promiscua, egoísta y manipuladora que es. Al principio a mi me confundió bastante porque yo también tenía otras preocupaciones externas a la seducción que me impedían pensar con claridad lo que estaba sucediendo. Pero bueno, estuvo buena la experiencia y como dicen: lo que no te mata te hace más fuerte. Gracias por la buena onda.
        Ah… y en estos tiempos en que vuelve a estar de moda «Star Wars» se podría decir que he sobrevivido al «lado oscuro de la seducción» gracias a este blog de eldrfrancis que es una especie de «Obi-Wan Kenobi» de la seducción.

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      2. Estimado jeremy, hola. Creo que estas mirando el vaso medio vacío (y no, el medio lleno). Esto te dolió. Te quedaste con que NO quería que los vieran juntos, siendo que a cambio te llevo a la casa para que procedieras. No sé, pienso que debes reveer la situación. Algo no te gusto. Diría que le saques “ese” sabor a Tango a la cuestión. NO PASO NADA MALO, al contrario, tuviste una gran experiencia. Cambia ya mismo esa actitud. Y ella, quien dice? Quizás se vuelvan a ver, quizás no. Este juego es así. Sigue adelante. Lo mejor viene marchando.

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      3. Gracias eldrfrancis. Tienes razón. No estaba con la actitud correcta y es cierto que me dolió y hasta releyendo lo anterior, creo que fui hasta injusto. No estaba pensando bien las cosas. Para dar un ejemplo ella cuando me abordó por primera vez venia vestida increíble y yo en remera y zapatillas…
        Quizás me ame (lo he pensado), quizás no tanto y todo esto sea parte del juego de la seducción. Pero si es evidente que no le soy indiferente. Pero con esa actitud que ella tiene yo no la puedo aceptar aunque me guste muchísimo porque al final siento que terminaría siendo igual que a como trata al resto cuando baje la guardia.
        He estado leyendo las 48 leyes del Poder de Robert Green luego de que me respondiste y repensando mis errores y mis aciertos quizás la cosa no este «mal» o hasta incluso puede que esté «mejor» (me siento raro al escribirlo).
        Pero esto ya no se trata de ella, se trata de mi. Voy a pegarme una leída cuando tenga tiempo a tu post sobre «Las creencias» porque me parece que ahí hay algo que tengo que resolver conmigo mismo y por otra parte creo que me voy a poner a hacer Artes marciales mixtas o algo así emocionante porque lo necesito. Te mando un saludo grande.

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      4. Estimado jeremy, seguramente las cosas fueron “mejores” de las que las ves. Que no le seas indiferente YA ES, no hagas nada para pasar a serlo. Trabaja un poco sobre esas creencias y luego nos cuentas. Un gran saludo. eldrfrancis.

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  2. tambien he econtrado sirenas en mi camino y me a pasado cosas buenas y malas ,si he caido mucho en su juego pero bueno de tanto se aprende a seguir adelante , buena historia y aprendizaje, saludos

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    1. Estimado Alonso, bienvenido. Estamos entre amigos, nos podemos tutear. Te sigo aguardando por aquí toda vez que dispongas de un momento. Hasta siempre

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  3. Después de mucho tiempo llegue a una conclusión más que evidente: me enrosqué en una batalla de egos y perdimos los dos. Nunca negociamos nada aunque nos deseábamos a más no poder. También nos terminamos odiando y obsesionándonos.
    Otra de las cosas es que yo no podía creer que una mujer sumamente hermosa y deseada por muchos pudiera volverse realmente loca por mi (un tipo «¿normal?») hasta hacer cosas completamente irracionales. Yo se lo atribuía a que había otro interés oculto y no logré comprender la dinámica del deseo, quizás y como excusa, porque estaba con otro tipo de preocupaciones y no quería más problemas de los que tenía.
    Al fin y al cabo sigo sosteniendo muchas cosas que pensé al principio y que luego se fueron confirmando con el tiempo que no voy a decir por respeto. Y simplemente ella era así: FUEGO. ¿Lo tomas o lo dejas?.

    Para ser un seductor hay que tener un balance interior y una gran inteligencia emocional. aprender a jugar con la intensidad del deseo que es una llama que hay que saber regular para que no se apague o para que no te queme.

    Conclusiones:

    1) Controla TU EGO.
    2) Define que quieres.
    3) Cuídate de tus creencias.
    4) Tu mandas, eres el líder, asúmelo.

    Bueno, eldrfrancis te escribía esto porque siento que había quedado inconcluso. Gracias por todo el material de tu blog porque me ha ayudado mucho para bien.

    Hay un libro que me recomendaron que no pude hallar todavía en librerías o por mi ineptitud en internet: «Rey, Guerrero, Mago, Amante: Redescubriendo los arquetipos de la masculinidad madura» de Robert Moore. Solo vi unos post en el Blog de Naxos. Me parece que hay una clave por ahí para entender muchas cosas del rompecabezas interior. Saludos.

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    1. Estimado jeremy, un placer. Muy interesantes tus reflexiones. Sabes?, pienso que en seducción NO HAY QUE TEORIZAR DEMASIADO. Si bien uno podría estudiar (como lo hacemos) su “mecánica” y lineamientos, creemos que NO es algo que HAY QUE PENSÁRSELO DEMASIADO. La seducción debe tener un impulso INSTINTIVO en que “la mente consciente” debe intervenir para colocar a la situación en contexto, y darle al instinto aquellos lineamientos básicos. De todos modos, un repaso a “la teoría”, puede ser beneficiosa. En este sentido, tu aporte es más que valioso, principalmente en los 4 puntos citados. Trataremos de ubicar el libro. Algo tenemos sobre esos arquetipos de «masculinidad», veremos si subimos un post proximamente. Te dejo un saludo y cuento con tu compañía. Hasta siempre.

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